Según la RAE

Según la acepción dada por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la Jura de Bandera es el acto solemne en el que cada individuo de las unidades o reemplazos militares jura obediencia y fidelidad en el servicio de la patria. A lo largo del tiempo, han existido diferentes formas de alistamiento, mediante las cuales, siguiendo una fórmula establecida, el jurando se comprometía a defender los ideales de la patria hasta el extremo de derramar su sangre si fuese necesario.


Antigua Roma

En la Antigua Roma, durante la República, se llevaba a cabo el "Sacramentum" (cuyo significado era "hacer sagrado"), un juramento que debía realizar el alistado al entrar a servir en el ejército. Este juramento fue creado por el emperador Augusto durante las reformas militares que llevó a cabo al acceder al poder. Estos juramentos se realizaban en las distintas legiones, donde los soldados se comprometían a defender con su vida al pueblo de Roma. Tanto su dedicación al ejército como a la carrera política requerían prestar este juramento, simbolizando un compromiso de por vida con la defensa del Estado.


Edad Media

Durante la Edad Media, los habitantes de los reinos cristianos juraban lealtad al príncipe soberano, emperador o papa, poniendo a Dios como testigo. En España, existía una relación especial entre el rey y sus súbditos, quienes recibían un pago y armas. Los vasallos tenían como señor a un conde, marqués o duque, a quienes juraban lealtad de por vida.


Reinado de Carlos III

Durante el reinado del rey Carlos III, se introdujo la fórmula del juramento a la Bandera plasmada en las Reales Ordenanzas de 1768. En esta fórmula, se pedía a los soldados jurar ante Dios y prometer al Rey seguir constantemente sus banderas, defendiéndolas hasta perder la vida, cumplir las leyes y ordenanzas militares, y obedecer a quienes, en nombre del Rey, les dieran órdenes. Esta ceremonia era llevada a cabo por el capellán del cuerpo, quien recitaba una fórmula al jurando, seguido de un intercambio de palabras solemnes.


Reformas posteriores

Con el paso de los años y los cambios políticos, la fórmula del juramento a la Bandera ha ido evolucionando. Desde la Segunda República hasta la actualidad, se han introducido diversas modificaciones en la forma en que los soldados juran fidelidad a la Bandera y a la patria, adaptándose a los valores y normas vigentes en cada período.

La historia del juramento a la Bandera refleja la evolución de las instituciones militares y la relación entre el ejército y la sociedad a lo largo del tiempo. Cada juramento simboliza el compromiso de los soldados con la defensa de la patria y el respeto a sus valores fundamentales.


En resumen

El juramento a la Bandera ha sido a lo largo de la historia un acto de gran importancia que simboliza el compromiso y la lealtad de los soldados con la patria. A través de los siglos, esta ceremonia ha evolucionado reflejando los cambios en la sociedad y en las instituciones militares, pero siempre manteniendo su carácter solemne y significativo.

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Mensaje institucional del JEME con motivo del 47º aniversario de creación de la AGBS

lunes 31 de mayo de 2021

Número: 8476

Escudo de Academia General Básica de Suboficiales

Escudo de Academia General Básica de Suboficiales

Mis queridos suboficiales:

Como ya es habitual cada año, en estas fechas conmemoramos el aniversario de la creación de nuestra Academia General Básica de Suboficiales. Y es esta una buena ocasión para detenernos un instante y dedicar una breve reflexión a esta efeméride.

Recordamos ahora la firma y posterior publicación de la Orden por la que se establecía dónde, a partir de ese momento, se impartiría el curso común de vuestra formación. Apenas dos meses antes, se había organizado la Escala Básica de Suboficiales.

En aquel 1974, la creación de la “Básica”, Academia y Escala, supuso un necesario e importante salto cualitativo en la preparación de los suboficiales. Han pasado ya 47 años desde que se pusiera en marcha y, desde entonces la “Básica” –Escala y Academia, cuerpo y alma– continúa en constante adaptación para seguir dando una adecuada respuesta a las necesidades que la rápida evolución de las Fuerzas Armadas requiere.

Hasta la fecha, 45 promociones habéis recibido ya vuestro Real Despacho de Sargento. Pronto, otra más egresará y se sumará a los 28.000 hombres y mujeres que ya tenéis para siempre grabadas en vuestra memoria las vicisitudes de aquellos años académicos.

Pero esta conmemoración no debe circunscribirse sólo a tiempos pasados. Debéis valorar también vuestro presente. En una época tan difícil como la que estamos viviendo, en la que dentro de una situación económica desfavorable sufrimos el duro azote de una grave pandemia, nuestro Ejército mantiene su operatividad.

Continuamos con nuestra preparación, nuestros contingentes desplegados en el exterior siguen desempeñando, junto a nuestros aliados, un papel fundamental en la defensa de los intereses comunes y sobre todo, estamos volcados en el apoyo y servicio a nuestros compatriotas cuando más nos necesitan. Y todo ello lo llevamos a cabo magníficamente, dando muestra de los valores que atesoran nuestros hombres y mujeres.

En este complicado y exigente escenario, nada sería posible sin vosotros: los suboficiales. columna vertebral, eslabón fundamental, engranaje central…, conceptos que habitualmente se emplean en referencia a vosotros y que os pudieran sonar a frase hecha pero que, en situaciones como las actuales, cobran su auténtico significado y os definen perfectamente.

Y por supuesto, futuro. El mañana esperanzador, exigente y ambicioso, que trae grandes retos para nuestro Ejército: Fuerza 35. Objetivo que requiere de vuestro impulso, esfuerzo e implicación desde hoy y cada día. Porque las innovaciones que trae consigo el proyecto en diversos campos, deben ir acompañadas por vuestra constante preparación y adaptación pero, muy especialmente, de vuestra iniciativa, compromiso y valores. Es decir, de vuestro liderazgo que basado en el ejemplo, será esencial para garantizar la eficacia de nuestras unidades, impulsando la preparación y motivación de los hombres y mujeres que forman nuestro Ejército.

Y por todo ello, merecéis volver a encontrar el momento para rememorar vivencias, recordar a los que ya no están entre nosotros, leer el Decálogo, entonar el Himno y brindar con vuestro lema por el pasado, presente y futuro de la Academia, que es el de los suboficiales, el de nuestro Ejército y el de España.

Mis queridos suboficiales, recibid mi sincero reconocimiento y felicitación.

A España servir hasta morir.