EL CREDO DE UN SARGENTO
Como suboficial me doy cuenta que soy la columna vertebral del Ejército.
Estoy orgulloso de pertenecer al Cuerpo de Suboficiales y en todo momento contribuiré al engrandecimiento del cuerpo del Ejército y mi nación.
La competencia profesional es mi consigna, mis dos responsabilidades básicas son el cumplimiento de la misión que se me encomienda y el velar por el bienestar de mis soldados y por ello:
- Me esforzare en mantenerme táctica, tecnológica y físicamente en condiciones óptimas.
- Nunca usare mi grado o destino para conseguir comodidad, beneficios o seguridad personal.
- Conoceré a mis soldados y siempre pondré sus necesidades por delante de las mías. Mantendré una sólida comunicación con ellos y nunca les dejaré.
- Seré justo e imparcial cuando recomiende tanto premios como castigos.
- Seré leal con mis superiores, compañeros y subordinados.
- Me ganaré el respeto y la confianza de mis oficiales, así como la de mis soldados.
- Ejerceré la iniciativa tomando las decisiones oportunas en ausencia de órdenes.
POR ESO SOY SARGENTO, UN INSTRUCTOR DE SOLDADOS.