JOSE LUIS MONTERDE, EL HEROE ESPAÑOL DE LOS BALCANES
01 febrero 2025
La cruenta guerra de los Balcanes, donde periodistas como Arturo Pérez Reverte y Eduardo Roczas, estuvieron de corresponsales, viviendo de primera mano las crueles represalias de unos y otros bandos, tuvo en diversos momentos un cierto protagonismo español, catalogado por muchos como de heroicidad, como el protagonizado por el teniente Monterde en Bosnia o el segundo teniente británico James Blunt en Kosovo.
Recién tomado el relevo y cuando aún no llevaban ni medio mes de misión de Naciones Unidas (como cascos azules), formando parte de la Agrupación Táctica Canarias, el teniente de infantería José Luis Monterde Maldonado, iba al mando de una patrulla de reconocimiento, con cinco vehículos blindados del Tercio de la Legión, había salido en la madrugada de Jablanica en dirección hacia Sarajevo, ciudades de Bosnia y Herzegovina. Sus órdenes eran la de comprobar el estado de las carreteras y de la situación de seguridad en la zona.
Rebasada la localidad bosniaca de Konjic, se encontraron con la carretera bloqueada y un nutrido grupo de personas entre ellos, mujeres, ancianos y niños croatas, que huían despavoridas, de las huestes de muyahidines islámicos, que acababan de arrasar la localidad de Radesine, donde realizaron una gran masacre, pero ellos consiguieron escapar.
Los guerrilleros ataviados con sus pañuelos verdes, se hacían llamar los Cisnes negros, estaban ávidos de sangre y los querían masacrar también, pero habían encontrado una “tabla de salvación” y buscaron refugio tras esos cinco vehículos blindados en los que viajaban treinta y cinco militares españoles, bajo el mando del teniente Monterde.
Monterde por mediación de un intérprete, quiso negociar con Sulman el jefe de los muyahidines, pero este no se avenía a razones, sus guerrilleros superaban en número a los españoles, estaban bien armados incluso con lanzagranadas contra carro RPG-7. Sulman le contestó que si en dos minutos no los entregaban los pasarían a cuchillo a todos incluidos a los militares españoles, haciendo al mismo tiempo un gesto de degüello sobre su garganta.
El teniente dijo que eso no lo permitiría, sus hombres ya habían adoptado la posición de combate, establecido los principales blancos a batir, con los fusiles y las ametralladoras de las que disponían los vehículos. Tras un tenso tira y afloja y a pesar de que un superior por radio le había dicho, que entregase a la gente, que esa no era su misión, ni su guerra. Pero él se mantuvo firme y después de mucho tiempo negociando y sin recibir refuerzos, consiguió que Sulman ordenase a su gente retirarse de la zona. Una vez que eso ocurrió, los soldados tuvieron un gesto más, repartir sus raciones de previsión de comida entre las personas a las que habían salvado de una muerte cierta.

La nobleza de este teniente fue tal, que a pesar de que esta gesta hizo correr ríos de tinta y que mereció el reconocimiento de ser unos verdaderos héroes de labios del portavoz en Sarajevo de las Fuerzas de Protección de la ONU para la antigua Yugoslavia, Barry Frewer. En ninguna de ellas comentó quien fuera su superior que le había dado la orden de retirarse. Orden que no había acatado, pese la inferioridad numérica, tener bloqueada por un lado la carretera y por otro el rio Neretvat.
He leído en varios sitios esta gesta, incluso corrió como la pólvora, por Whats App, con motivo del 31 aniversario de estas efemérides, pero me quedaría con un resumen de lo que siendo ya teniente coronel escribió el propio protagonista a petición del general Rafael Dávila Álvarez.
Monterde afirma que: Cuando se hacen varias misiones, sobre todo si son en distintos escenarios siempre se recuerda, con especial énfasis la última de ellas. Pero en su caso lo acaecido en Konjic a los pies del Neretva en aquel día de abril de 1993, viendo aquellas indefensas personas, cuyo único refugio era él y sus hombres nunca se le borró de su cabeza.
A nuestro primer despliegue en el Kurdistán sucedió Bosnia, Kosovo, Iraq, Afganistán, Somalia, Líbano, Mali o República Centroafricana. Los tenientes de las misiones de Bosnia de ayer son los teniente coroneles en las misiones de Afganistán de hoy. Mas viejos y más experimentados y también en algunos casos algo distintos. No obstante, en muchos aspectos cuando echo la vista atrás, pienso que nada ha cambiado y que sigo siendo el mismo teniente que una mañana de abril de 1993 salía de misión con una sección de legionarios reforzada con paracaidistas: siempre tendré una misión que cumplir junto con personal y medios para ejecutarla.
Muchas veces un líder no lo es solo por el empleo que ostenta o por la edad que tiene, lo es por que reúne un conjunto de cualidades que harán que sus hombres lo sigan sin condiciones Que como me dijo uno de mis viejos Cabos legionarios cuando otro día y en otra situación difícil nos vimos en las últimas: “mi Teniente que sepa que estamos con usted hasta la muerte”.
Hombres como el teniente Monterde y el grupo de nutridos soldados que lo acompañaban en aquella álgida primavera de abril de 1993, son los que engrandecen al ejército español. Alguien dijo de Rodrigo Diaz de Vivar (El Cid) ¡Oh que buen vasallo, si tuviese buen señor!