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El Sgto. una figura con más de medio milenio

diciembre 7, 2024

Se está marchando el año 2024 y con él las celebraciones del cincuenta centenario de la creación de la Academia General Básica de Suboficiales, ubicada en Talarn (Lérida). Han corrido ríos de tinta de artículos y actos, sobre tan importante fecha, hasta el punto de haberse editado incluso, un décimo de lotería para recordarla.


Para poner en valor lo que esta efeméride representa, en espacial por la figura del sargento moderno, habría que ver de donde procede y para ello tendríamos que retroceder hasta le época de los Reyes Católicos. Fue entonces cuando vieron la necesidad de nombrar un empleo, que fuese un eslabón entre los oficiales y la tropa, aunque a lo largo de los siglos el sargento, llegó a ser oficial, suboficial y tropa.

En algunos vestigios históricos fijan la figura del sargento en el año 1494, creado con el fin de adiestrar e instruir a la tropa, inculcándoles la disciplina que debían mantener.

Durante la existencia del Servicio Militar obligatorio, (popularmente denominada mili), se conocía a los mozos como “quintos” palabra que tiene su origen en el reinado de Juan II de Castilla, pues se movilizaba a la formación castrense de forma temporal a uno de cada cinco jóvenes. La Capitanía mandada por un capitán, tenía un centenar de hombres y para manejarlos había dos sargentos.

En un principio la diferencia en el porte exterior que distinguía un sargento de los soldados era el uso de la alabarda. Posteriormente se fueron añadiendo distintivos y características especiales. Hasta llegar a la clasificación actual, en que esta encuadrado en el cuerpo de suboficiales.

En formación salvo las divisas, el sargento sigue manteniendo el correaje y armamento igual que la tropa, de la que tácticamente es jefe de pelotón.

Las divisas pasaron por muchas fases y vicisitudes, hasta llegar al reglamento actual de uniformidad. Que manteniendo los tres galones estos van en la manga en el uniforme de etiqueta, las hombreras en el de paseo y en parche en el de faena.

La Academia de Suboficiales marcó un antes y un después en la formación del sargento. Con independencia de las distintas vicisitudes en los Tercios de Flandes y épocas posteriores, desde mediados del siglo pasado, a sargento llegaban los cabos primeros, que reunían las condiciones psicofísicas y que realizaban dos fases de formación, una a distancia y la otra presencial en las Escuelas de Aplicación y Tiro. Los especialistas tenían que formarse en los Institutos Politécnicos del Ejército. Si un cabo 1º no llevaba como tales dos años de servicio, tenía, aunque superase las pruebas, que esperar a cumplirlos para poder ascender.

En este sentido “La Básica” creo un nexo entre armas y cuerpos, pues estableció que el primero de los tres cursos, fuese común y terminados los cursos asistir conjuntamente a recoger sus despachos de sargento.

La figura del sargento es primordial no solo en el ejército español, sino también en los de países aliados. En 1995, fui invitado al concierto de Navidad que realizaba la banda de música de un regimiento inglés destacado en Belfast (Irlanda del Norte), antes de la actuación en el Ayuntamiento, realizó varias interpretaciones en distintas plazas de la ciudad. La dirección de la banda corría a cargo de un major (comandante), cuando terminaba la interpretación en una plaza y se dirigía a otra, el director, salía de su puesto, y tomaba el mando un sargento, con bastón incluido, quien daba las ordenes de movimiento oportunos y realizaba el traslado, mientras el comandante seguía a la formación en un lateral a unos cinco pasos de ella.

Otro hito histórico de la Academia fue la de poder promocionar procedente de la calle, con lo que lo que se rejuveneció un poco la edad del empleo. Aunque la promoción interna, hizo retroceder este campo. Siendo muy largos los tiempos de empleo en la escala, haciendo comparación con otros ejércitos como el italiano o el francés.

Se conoce este empleo como sargento, dimanante de la palabra francesa “sarjant” pero hubo momentos de la historia, en que se le llegó a denominar “Maríscalo de Logis”. Hoy día en Italia se conoce a los suboficiales como Maresciallo. Aunque el Mariscal general, sea el jefe del Estado Mayor del Ejército.

Sin entrar en la valoración sobre la formación táctica, intelectual y técnica de los que les precedieron, hoy los sargentos de la AGBS salen con conocimientos técnicos adecuados a los tiempos y material moderno que se pone en sus manos, su rodaje es el que infunde carácter y respeto a los subalternos que el mando deposita en sus manos. Participando activamente en reuniones, cursos, foros y otras vicisitudes a nivel internacional.

JOSE MOORE - Visita su blog EL CEDRO DEL GOLÁN