Reserva y Retiro: OPORTUNIDAD DE RENACIMIENTO
Nueva etapa y oportunidad irrepetible
Has servido con honor, disciplina y entrega durante décadas. Has formado generaciones, cumplido tu deber, y mantenido el juramento hecho a la bandera. Diste lo mejor de ti a la patria, incluso cuando no fue fácil. Seguro que hiciste algunos planes para cuando llegara este momento, y ahora por fin ha llegado. El de la reserva primero, y unos años después el definitivo a retiro.
Para muchos militares, el dejar la actividad militar se vive como un corte abrupto, un final del camino. Desaparece la rutina, se deja atrás el bullicio y actividad del cuartel, y con ello, parece que se va una parte de lo que somos. Puede asomar la sensación de pérdida, de propósito, de identidad.
Las primeras semanas o meses, estar en la reserva parecen unas merecidas vacaciones. Un momento perfecto para descansar, hacer cosas que se quedaron pendientes y las que planeamos dejar para ese momento. Sin embargo, finalmente hay que volver a una nueva rutina y empezamos a pensar que efectivamente hemos dejado nuestra vida anterior para siempre y nos encontramos algo perdidos.
Efectivameente una parte importante de nuestra vida se queda atrás, y hay que construir una nueva rutina. Es momento de centrarse en lo positivo, reinventarse y seguir avanzando. Tenemos una nueva misión, una que lideraremos nosotros mismos. Tenemos que prepararnos mentalmente para enfrentar este nuevo reto. Por fin desponemos de tiempo para hacer lo que no habíamos podido hacer antes y también para replantearnos la vida, para pensar que queremos poner realmente en nuestra vida en esta nueva etapa.
Reconsideremos: Lo que hemos sido hasta ahora en nuestra vida militar ha sido la reepreseentación de un ROL. Podríamos haber vivido otros, pero escogimos ser militares. Pero al retirarnos estamos invitados a reencontrarnos con nuestra esencia. No quiere decir que debamos abandonar nuestrol rol militar, pero sí comprender que SOMOS MUCHO MÁS que eso y es hora de descubrirlo y definir quienes somos en esencia y que camino queremos seguir en el futuro.
Hasta el momento de llegar a la reseerva todo ha ido rodado, hemos ido de una misión a otra, de un empleo a otro, de un destino a otro, de una Unidad a otra, recibiendo y ejecutando órdenes, casi sin pensar mas allá de lo necesario para cumplirlas o darlas. Ahora nos toca parar, respirar despacio y meditar. Entender que nuestro ROL militar ha acabado en gran parte, asumirlo y prepararnos para un nuevo desafío, esta vez pensando con calma y dirigiéndolo con consciencia, sin prisa para no equivocarnos. Ahora dirigimos, estamos a los mandos de nuestro nuevo destino.
Resetear la mente al recobrar la libertad, aprovechando la fortaleza adquirida en el Ejército
Tras una vida de servicio y disciplina, el militar en la reserva enfrenta nuevos objetivos que pasan necesariamente por preservar su salud física y mental. El bienestar emocional y cognitivo es esencial para mantener la autonomía, la calidad de vida y el sentido de propósito necesarios para iniciar esta etapa.
Ya hemos escrito sobre el mantenimiento físico y a continuación vamos a exponer algunas reecomendaciones para enfrentar esta nueva etapa desde el punto de vista psicológico.
- Opción básica: READAPTACION Con el mismo espíritu con el que enfrentamos cada misión cuando estábamos en activo, ahora toca replantearse la situación, buscar nuevas metas y actividades cuidando nuestro equilibrio mental. De forma que nos adaptemos a una nueva rutina que nos llene plenamente.
- Opcion superior: CRECIMIENTO. La opción más audaz. No se trata solo de conservar el equilibrio y encontrar nuevas metas, sino de aprovechar este nuevo tiempo y tranquilidad para meditar, resetear y crecer a un nivel superior ganando claridad mental para lograr vivir con más plenitud..
READAPTACIÓN
CUANDO EL ROL CAMBIA, LA MENTE NECESITA ESTABLECER UNA NUEVA RUTINA EN LA QUE VIVIR PLENAMENTE
Pasar a la reserva implica dejar atrás algo muy grande. No solo un trabajo, sino una forma de vida. Algo que nos acompañó desde jóvenes y que estructuró nuestras decisiones, prioridades y relaciones.
Pero ahora el tiempo vuelve a ser completamente nuestro. Y aunque eso suena bien, también puede dar vértigo. Algunos pensamientos negativos pueden aparecer con el tiempo:
"Ya no soy útil", "mi tiempo ya pasó", "¿y ahora qué sentido tiene?"
Pero esos pensamientos son falsos. Y si no los vigilamos, pueden calar hondo y minar nuestra salud.
La clave está en no subestimar ese impacto. Darle la importancia que merece y ocuparnos de ello antes de que nos pueda afectar. El efecto se hace más intenso cuando llegamos al retiro, ya que dejamos el servicio completa y definitivameente. Dejamos de estar bajo el Ministerio de Defensa, y pasamos al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Pero para cuando llegue el retiro es conveniente haber avanzado casi completamente a la nueva rutina y que este paso sea mucho más fácil y de menor afectación.
Puntos positivos al pasar a la reserva
Aunque pueda haber una sensación de pérdida, la verdad es que ganamos mucho:
- Más tiempo para la familia, que tantas veces nos esperó en silencio.
- Fin de madrugones, atascos y prisas.
- Decimos adiós a tareas repetitivas o a dinámicas que agotaban.
- Recuperamos el control total sobre nuestro tiempo. Ahora el mando es nuestro.
- Podemos seguir aportando a la sociedad si así lo queremos, pero a nuestro ritmo y en lo que nos inspire. Ejemplo: voluntariado en el Banco de Alimentos.
- Tiempo para disfrutar aficiones, amigos, naturaleza, silencio.
Pero para aprovechar todo esto, necesitamos una mente en forma. Porque si la dejamos de lado, es fácil caer en la apatía o incluso en la tristeza sin saber muy bien por qué.
Ideas prácticas para mantenerte mentalmente activo
- Ejercicio físico adaptado a tu estado actual
- Caminar todos los días, mejor si es en la naturaleza.
- Probar disciplinas suaves y completas como yoga, taichí o pilates.
- Cuidar tu salud como cuidabas tu equipo
- Descanso, buena alimentación y revisiones médicas regulares.
- Rutinas de sueño, orden y propósito.
- Activar el pensamiento
- Leer, escribir, conversar.
- Hacer pequeños retos mentales diarios: crucigramas, juegos de lógica, escribir tus memorias.
- Mantener viva la curiosidad
- Aprender algo nuevo cada semana: un idioma, una receta, una técnica, una historia.
- Todo suma, todo despierta la mente.
En resumen…
Esta etapa no es un final. Es un regreso a ti. Una reconquista silenciosa y poderosa. Has sido militar profesional, líder y guía. Ahora toca ser explorador de tu propia vida. Y como en toda buena misión: con dirección, valor y una pizca de humor, el resultado puede superar todas las expectativas.
CRECIMIENTO Y TRANSFORMACIÓN
La gran mayoría de los militares tenemos ya capacidades psicológicas muy útiles para relanzar nuestra claridad y salud mental. Y con ellas —junto a otras que tendremos que trabajar— podemos llegar a un nivel de progresión personal superior, que nos permita aumentar nuestro grado de eficacia, satisfacción y felicidad.
La primera cualidad para lograrlo requiere de humildad y esfuerzo: replantearse TODOS los conceptos fijos con los que hemos vivido hasta ahora. Algunos serán ciertos y válidos, pero otros los hemos asumido como verdades cuando, en realidad, no lo son.
Esta cualidad es lo que vamos a llamar apertura mental. Debemos desarrollarla porque, como bien dice el refrán: “quien ya lo sabe todo, ya no tiene sitio para aprender nada más.”
¿El problema? Que nuestro cerebro se siente cómodo en lo conocido. Nos dice que “ya lo sabemos todo”, que “ya estamos mayores para aprender” y que “a un perro viejo no se le enseñan trucos nuevos”. Pero eso no es más que una trampa mental.
Dejar ese “conocimiento” a un lado y replanteárselo todo con humildad es un esfuerzo muy incómodo para nuestro cerebro… y requiere de mucho valor. Pero los militares tenemos de eso, ¿no?
Y si tenemos valor para afrontar el combate, también lo tenemos para adentrarnos en nosotros mismos, cuestionarnos y crecer.
Salto de conciencia: cuando el guerrero se vuelve sabio
Pasar de la vida militar en activa al pase a la reserva no debe hacernos perder la ilusión, muy al contrario debería impulsarla. Pasar de la acción exterior a la profundidad interior. Es aquí donde entran las grandes tradiciones de sabiduría, que no solo ayudan a entender el mundo, sino a comprenderse a uno mismo.
🛡️ Estoicismo: la fortaleza interior
La filosofía estoica, nacida en la antigua Roma y Grecia, fue prácticamente diseñada para soldados. Enseña a:
- Aceptar lo que no puedes controlar.
- Entrenar la mente para la serenidad.
- Actuar con virtud, sin quejarse.
- Valorar la vida en su verdadera medida.
Lecturas recomendadas:
- Invicto. Logra más. Sufre menos, de Marcos Vazquez.
- Meditaciones, de Marco Aurelio.
- Manual de vida, de Epicteto.
- El obstáculo es el camino, de Ryan Holiday.
☸️ Budismo: la calma consciente
El budismo no es una religión, es una forma de mirar la vida. Invita a vivir con presencia, a observar la mente, a dejar de pelear con lo que no puedes cambiar. A soltar el ego y vivir más ligeros.
Lecturas recomendadas:
- El arte de la felicidad, del Dalai Lama.
- Dónde estés, estás, de Jon Kabat-Zinn.
- La práctica de la atención plena, de Thich Nhat Hanh.
🧭 Otras fuentes de transformación
- Los cuatro acuerdos, de Don Miguel Ruiz.
- Autobiografía de un yogui, de Paramahansa Yogananda.
- El poder del ahora, de Eckhart Tolle.
🧠 La importancia de la salud mental cuando ya se deja el trabajo
Retirarse no significa detenerse. El cuerpo sigue siendo tu mejor herramienta para mantener la salud mental. Y la mente, como el cuerpo, necesita movimiento, estimulación y buen cuidado.
- Caminar cada día, preferiblemente en la naturaleza.
- Probar disciplinas suaves como yoga, pilates o taichí.
- Cuidar el sueño y la alimentación con la misma disciplina con la que cuidabas tu equipo.
- Leer, conversar, escribir… cualquier cosa que active tu pensamiento.
Y, sobre todo, mantener la curiosidad viva. Aprender algo nuevo cada semana, ya sea un idioma, una técnica, una idea, una receta.
De suboficial a sabio: tu legado no se apaga
Tú no desapareces al dejar el uniforme. Sigues siendo ejemplo. Sigues siendo inspiración. La diferencia es que ahora lideras desde otro lugar: desde la experiencia, desde la reflexión, desde la calma.
La sociedad necesita hombres y mujeres que hayan cruzado el fuego del deber y hayan aprendido a escuchar el silencio.
Necesita guías, no solo con galones, sino con sabiduría.
📘 Conclusión: tu viaje más importante empieza ahora
“Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo.” – Epicteto
Este es tu momento. Para ser libre. Para volver a empezar. Para descubrir que hay más vida, más profundidad, más sentido… más de ti.
Y lo más importante: lo que encuentres dentro de ti no será solo para ti.
Alguien que cultiva su mente y su corazón, que aprende a vivir con más conciencia, se convierte en fuente de equilibrio y bienestar para los demás. En tiempos de prisas, estrés y ruido, tú puedes ser ese referente sereno. El que escucha, el que inspira, el que guía con la mirada limpia y el alma firme.
Porque cuando un suboficial sigue creciendo, su legado también crece. No con medallas, sino con el impacto invisible que deja en los que lo rodean.
Tienes el mando.
Pero ahora, del alma.
Y también de la paz que puedes regalar al mundo.
📣 Comparte este mensaje: no camines solo
Si este artículo te ha hecho pensar, si te ha tocado en algún punto, compártelo con un compañero que esté en retiro o a punto de pasar a él.
Tal vez, como tú, necesite una chispa para comenzar este nuevo camino. Y recuerda: en este viaje interior, cuantos más caminamos, más claro se hace el sendero.
Una nueva etapa… ¿o una oportunidad irrepetible?
Has servido con honor, disciplina y entrega durante décadas. Has formado generaciones de soldados, respondido al deber y dando lo mejor de ti a la patria. Ahora llega ese momento que parecía lejano: la reserva y el retiro.
Y entonces, surge una pregunta silenciosa: ¿y ahora qué?
Para muchos militares, el paso a la vida civil se vive como un corte abrupto. Se va la rutina, se para la rutina del cuartel, desaparece la estructura que lo sostenía todo. Es fácil sentir que uno pierde su rol, su propósito… su identidad.
Pero esto no es un final. Es el inicio de una nueva misión. Y quizás, la más importante de todas: conquistarte a ti mismo, ir un paso más allá a lo ya conseguido.
Progresión mental: aprovechar la fortaleza interior adquirida en el Ejército
Tras una vida de servicio y disciplina, el militar retirado enfrenta una nueva misión: aumentar su salud mental. El bienestar emocional y cognitivo es esencial para mantener la autonomía, la calidad de vida y el sentido de propósito en esta etapa.
A continuación vamos a exponer dos formas de enfrentar la salud mental cuando dejamos el trabajo y tenemos más tiempo. La primera es "La mejor defensa es un buen contraataque" y no propone solo conservarla, sino que es más ambiciosa: aprovechar el tiempo y la tranquilidad para incrementar y potenciar el funcionamiento de nuestro cerebro y nuestra claridad mental.
Sin embargo, si prefieres no mejorar, o crees que es difícil de conseguir, puedes pasar directamente al punto de "La importancia de la salud mental cuando ya se deja el trabajo", que nos ofrece propuestas para intentar mantener la salud mental que ya tenemos.
⚔️ La mejor defensa es un buen contraataque
La gran mayoría de los militares tenemos ya capacidades psicológicas muy útiles para relanzar nuestra claridad y salud mental. Y con ellas —junto a otras que tendremos que trabajar— podemos llegar a un nivel de progresión personal superior, que nos permita aumentar nuestro grado de eficacia, satisfacción y felicidad.
La primera cualidad para lograrlo requiere de humildad y esfuerzo: replantearse TODOS los conceptos fijos con los que hemos vivido hasta ahora. Algunos serán ciertos y válidos, pero otros los hemos asumido como verdades cuando, en realidad, no lo son.
Esta cualidad es lo que vamos a llamar apertura mental. Debemos desarrollarla porque, como bien dice el refrán: “quien ya lo sabe todo, ya no tiene sitio para aprender nada más.”
¿El problema? Que nuestro cerebro se siente cómodo en lo conocido. Nos dice que “ya lo sabemos todo”, que “ya estamos mayores para aprender” y que “a un perro viejo no se le enseñan trucos nuevos”. Pero eso no es más que una trampa mental.
Dejar ese “conocimiento” a un lado y replanteárselo todo con humildad es un esfuerzo muy incómodo para nuestro cerebro… y requiere de mucho valor. Pero los militares tenemos de eso, ¿no?
Y si tenemos valor para afrontar el combate, también lo tenemos para adentrarnos en nosotros mismos, cuestionarnos y crecer.
Salto de conciencia: cuando el guerrero se vuelve sabio
Pasar de la vida activa al retiro no significa perder vigor. Significa transformar ese vigor. Pasar de la acción exterior a la profundidad interior. Es aquí donde entran las grandes tradiciones de sabiduría, que no solo ayudan a entender el mundo, sino a comprenderse a uno mismo